Como toda crisis vital, una separación requiere un proceso de adaptación (DUELO) ocasionado por la ruptura en el que desaparece un elemento antes presente y al que se dirigían gran parte de los afectos: la pareja.
Se sucederán diferentes cambios, que variarán en función de las características personales de los implicados, como su capacidad para adaptarse a la nueva situación, sus experiencias previas, los rasgos de su personalidad…
“el proceso de adaptación a la ruptura es un cambio lento, sin tiempos preestablecidos y sobre todo individual.”
Todas las personas, en mayor o menor medida, sufren reacciones emocionales tras una separación. Entre las reacciones normales o adaptativas se encuentran sentimientos de pena o vacío, sensación de desorganización, incertidumbre e inseguridad.
En algunos casos se producen reacciones emocionales más complicadas, como el sentimiento de culpa persistente, el miedo intenso, las crisis de ansiedad, el aislamiento, o una profunda rabia.
Cuando la separación es inevitable te acompañamos en el proceso de cerrar puertas y de abrirte a una nueva vida con ilusión, de reconstruirte y de reinterpretar tu pasado reciente sin rencores, de una forma sana psicológicamente Y pasar este periodo de duelo sin una dosis extra de dolor.